El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es un trastorno gastrointestinal crónico que lo sufre entre un 5% y un 27% de la población de las sociedades desarrolladas. Los síntomas típicos son dolor abdominal, gases intestinales, hinchazón abdominal y un ritmo alterado de deposiciones con predominio de estreñimiento o de diarrea y otras veces con alternancia de diarrea y estreñimiento. Los pacientes con SII suelen referir que los síntomas son desencadenados o aumentan de intensidad tras las comidas, lo que ocasiona que muchos pacientes eviten aquellos alimentos que «les caen mal» y que van siendo cada vez más numerosos según se va cronificando la enfermedad. De hecho, es conocida que la frecuencia de la percepción de intolerancia a alimentos en los pacientes con SII es al menos dos veces mayor que en el resto de la población.
Todo el tubo digestivo desde la boca hasta el ano posee un sistema nervioso, denominado entérico o «cerebro intestinal», que regula numerosas funciones digestivas (secreción de sustancias, sensibilidad, movimiento y absorción de alimentos). Este sistema nervioso responde a estímulos mecánicos y químicos que transmite al cerebro apareciendo las sensaciones que percibimos (gases, pesadez, etc.) y los movimientos intestinales. En el SII ocurre una hipersensibilidad visceral, que consiste en que los estímulos de baja intensidad que en personas sin esta enfermedad no les produce molestias, en las personas con SII sí les producen dolor y además alteran los movimientos intestinales. Es este fenómeno el que origina que los síntomas característicos de esta enfermedad sean el dolor abdominal, los gases, los retortijones con necesidad de acudir rápido al baño, etc.
Los alimentos constituyen un importante estímulo del sistema nervioso entérico ya que por un lado producen distensión de la luz del tubo digestivo por la ocupación de la misma y, por otro lado, producen gas al ser fermentados por las bacterias intestinales. Además, los alimentos tienen una gran cantidad de estimulantes químicos potenciales y pueden influir sobre la composición de la microbiota intestinal. Por tanto, se considera que los síntomas del SII podrían aliviarse si se reduce la exposición a aquellos alimentos que produzcan distensión abdominal, siendo éste básicamente el tratamiento ofertado a los pacientes sin buenos resultados en general, por ser difícil determinar qué alimentos o componentes de los mismos son los desencadenantes de los síntomas.
Sin embargo, recientes investigaciones apuntan que un tipo de dieta, conocida como FODMAPs (acrónimo de Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides and Polyols), podría contribuir al alivio de estos síntomas. Esta dieta controla los hidratos de carbono que no pueden ser absorbidos en su totalidad en el intestino provocando gases, que son la fructosa, los fructooligosacáricos y galactooligosacáridos, la lactosa y los polioles (sorbitol, manitol, maltitol y xilitol). En la práctica, estas sustancias están en los siguientes alimentos:
- Cereales como el trigo y derivados, el centeno y la cebada.
- Frutas como la manzana, pera, sandía, melocotón, cerezas, moras, nectarinas o mango.
- Verduras como la cebolla, ajo, alcachofas, espárragos, remolacha, coles de Bruselas, brócoli, puerro, coliflor o champiñones.
- Legumbres en general: guisantes, lentejas, habas, judías blancas y garbanzos.
- Lácteos: evite la leche y valore la tolerancia individual de yogures y quesos. Escójalos sin lactosa siempre que pueda. La leche de avena enriquecida en calcio puede ser un buen sustitutivo de la leche.
- Miel.
- Edulcorantes artificiales que contengan sorbitol (E420), manitol (E421), isomaltosa (E953), maltitol (E965) y xilitol (E967).
La dieta FODMAP es bastante restrictiva debido a que se excluye un número importante de alimentos. Por este motivo, se aconseja que el menú basado en esta dieta sea confeccionado por un nutricionista para conseguir una dieta equilibrada.
En la mayoría de los trabajos realizados hasta ahora, los resultados obtenidos avalan la dieta FODMAPs y han sido prometedores, aunque los investigadores coinciden en que se necesitan todavía más estudios para poder aclarar el efecto de esta propuesta.
En el siguiente enlace se muestra una práctica tabla con alimentos aconsejados y no aconsejados en la dieta FODMAP: http://www.dolor-abdominal.com/nutrisiia/tablas/tabla-dieta-baja-fodmaps.pdf
Si desea mayor información de algunos de los estudios publicados puede leer sus resúmenes en los siguientes enlaces:
- Comparison of symptom response following advice for a diet low in fermentable carbohydrates (FODMAPs) versus standard dietary advice in patients with irritable bowel syndrome (año de publicación 2011).
- The low FODMAP diet improves gastrointestinal symptoms in patients with irritable bowel syndrome: a prospective study (año de publicación 2013).
- A diet low in FODMAPs reduces symptoms of irritable bowel syndrome (año de publicación 2014).